Acabo de volver de la Feria de la Trufa de Soria en Abejar y vengo con ganas de seguir trabajando y luchar por el mercado de la trufa negra. Con ganas de renovar los pensamientos y mentalidades anquilosadas, de seguir aprendiendo, de fijarme en los países que piensan a medio-largo plazo, de llamar a las cosas por su nombre y de conocer mucho más sobre el valor de un producto que va más allá de marcas, fronteras y filtros administrativos varios.
Se habla de 500, 700, 1.000, 2.000 y 3.000€ por kilo. Cifras que rebotan en nuestra cabeza y se pierden, y eso que sólo tienen dos o tres ceros… El sector de la trufa es tan cambiante e impredecible que uno no sabe con qué datos quedarse. Depende de quién lo cuente es más o menos caro y más o menos opaco. Lo cierto es que hay mucha gente trabajando y luchando porque las cosas vayan bien, por llevarse un jornal a casa, generar empleo y crecer. Pero a mí sigue preocupándome que la trufa se asocia a otros países como Francia o Italia y, salvando nuestras fronteras, rara vez a España. Sin ánimo de ofender a nadie, en España tenemos cierta mentalidad «localista», «regionalista», como queramos llamarlo pero no nacional. No de conjunto.
Luchamos por una marca de trufa de Soria, trufa de Teruel o trufa de cualquiera de las 5 comunidades autónomas en las que se cultiva o recolecta la trufa negra, tuber melanosporum, en lugar de trabajar por una trufa de España o cómo quiera llamarse… Lo mismo ha pasado con otros sectores como el vino, el aceite y otros que con más o menos suerte lo han vivido. Sigamos hablando, sigamos mirando cada uno hacia nuestro entorno más próximo e iremos siempre detrás. Producimos 45 toneladas al año! sólo por detrás de Francia por muy poco (50-56t). Es increíble pensar que un pueblo tan pequeño como Sarrión se haya convertido en uno de los principales centros de producción de la trufa negra. Es loable y lo que ha dado paso a nuevas generaciones de las mismas familias a introducirse en el negocio, vivir de él y desarrollarlo, pero ahora es tiempo de dar un paso más, salir al exterior y decir que la trufa de España es una de las principales que inundan los mercados, bendito marketing que debe ayudarnos.
En la Jornada que tuvimos el viernes, por cierto, mi enhorabuena a los organizadores (Ayto de Abejar, JCYL, Diputación de Soria, Ayto de Soria y Cesefor), Julio Perales, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Truficultores hablaba de los principales retos del sector: la formación, la sanidad vegetal, la investigación y la conservación de la trufa, y decía bien «todo esto no es posible si vamos solos y mirando cada región por su cuenta«, hay que «aunar esfuerzos». Daniel Oliach, de la Asociación de Truficultores de Cataluña y CTF-Cataluña decía que «el 90% de las facturas de nuestras trufas va a Francia y tenemos que dar el salto en este sentido». Asímismo, Luis Miguel Albisu del Centro de Investigación CITA Aragón nos ofreció una «radiografía» bastante exacta del mercado Albisu destacaba la organización como un factor «clave» para llevar a cabo mejoras en el sector y señalaba que ésta «es una de las carencias principales en España«. Esperemos que la Federación retome su actividad con impulso y avance en este sentido junto a la Federación Española de Empresarios de Setas y Trufas y todas las asociaciones y grupos de trabajo que existen.
A pesar de los restos que tenemos por delante, me quedo con un mensaje positivo, porque el sector está creciendo y está lleno de gente que quiere trabajar duro y hacerlo bien que es lo más importante. A muchos de ellos los he conocido en Soria y no sólo vienen de esta provincia que amo tanto sino de otras zonas truferas de nuestro país.
Enlaces de interés:
http://www.feriatrufasoria.es/
http://www.cesefor.com/