Cuando oímos hablar de trufa negra muchas veces nos imaginamos algo inaccesible, carísimo y que nunca formará parte de nuestra cocina, pero en realidad hace falta muy poca cantidad de este hongo para aromatizar y dar un sabor especial a la cocina de una familia media. Dar a conocer el valor de este producto y sus posibilidades en pequeñas cantidades es una labor que se ha propuesto el sector en todas las provincias truferas de España.
Este fin de semana así lo han intentado en la II edición del Mercatrufas que se ha celebrado en Soria. Un evento que quiere convertirse en un punto de encuentro entre el truficultor y el consumidor final y que está organizado por la Diputación Provincial, el Ayuntamiento de Soria, Cesefor (proyecto europeo Micosylva+), la Asociación de Truficultores de Soria, la Asociación Forestal de Soria y la Agrupación Soriana de Hostelería y Turismo (Asohtur).
La vicepresidenta de la Diputación, Esther Pérez ha recordado que en Soria son 114.000 las hectáreas de montes aptas para la producción de trufa, de las cuales el 80% son de propiedad privadas y el resto de utilidad pública. Asimismo, el director científico de la Fundación Cesefor, Fernando Martínez Peña ha apuntado que la globalización, con la introducción de trufas de otros continentes que van a contratemporada, y el desconocimiento del consumidor son las grandes amenazas que tiene la trufa negra de Soria.
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